Dr. Rafael Casañas
@alexaseleno

Dr. Rafael Casañas Barrios

OtoRrinoLaringólogo (ORL)

Garganta / Nariz / Oídos

Doctor en Medicina y Cirugía

Colegiado número 35/35/04767

Información médica

Aquí encontrará información relativa a distintas enfermedades y operaciones.

IMPORTANTE: Esta información es de carácter informativo. Si bien la información aquí facilitada es correcta, hay mucha más información sobre el tema que no está aquí publicada pero que su especialista sí conoce y la utiliza para cada paciente en particular. Tome estos datos sólo como una información orientativa. Siga siempre las indicaciones de su médico. No se automedique nunca. En caso de duda sobre su enfermedad o su tratamiento, consulte a su médico.

El oído y la nariz sometidos a cambios bruscos de presión (viajes de avión o submarinismo)

La nariz está llena de cavidades de aire a las que llamamos «senos paranasales». Igualmente, el oído medio es una cavidad de aire. Estas cavidades de aire, de la misma forma que se afectaría cualquier cavidad de aire, por ejemplo un globo, ven su volumen alterado cuando son sometidos a cambios de presión. 

Para explicar esto, vale el ejemplo del globo en el congelador. Hinche un globo, átelo muy bien para que no se escape el aire y métalo en el congelador. Cuando el aire del globo se enfría, el globo es más pequeño. Déjelo a temperatura ambiente y volverá a tener el tamaño original. Esto pasa porque al enfriarse, la presión dentro disminuye, por lo que parece que se deshincha. Al volverse a calentar, se expande, recuperando el volumen original. Para que no pierda su volumen al enfriarse, ¿qué tendríamos que hacer?: mientras se va enfriando, poco a poco, ir metiendo más aire. Problema de esto: si al calentarse no vamos sacando aire, el globo explota. 

En los oídos y senos paranasales pasa exactamente lo mismo. Con los cambios de presión, tiene que salir o entrar aire de estas cavidades para que mantengan su volumen. Cada cavidad tiene un pequeño orificio por el que el aire circula libremente para que se produzca esta compensación. 

¿Qué pasa si uno de estos orificios se tapona y no deja el libre paso de aire, como sucede por ejemplo, cuando estamos acatarrados y nos sometemos a un aumento de presión externa? La presión externa aumenta bruscamente en 2 situaciones: cuando hacemos una inmersión o cuando estamos en un avión y empezamos a descender. Cuando esto sucede, la presión externa aumentada hace la la cavidad de aire (oído o seno paranasal) tienda a colapsarse, a disminuir de tamaño por lo que tiene que entrar aire para recuperar su volumen. En esta situación, generalmente lo que se produce es dolor y solemos solucionarlo levemente con la conocida maniobra en la que nos tapamos la nariz e intentamos expulsar el aire. Con esto, metemos aire dentro de las cavidades porque estamos forzándolo. No entra de manera natural. Con esta maniobra, la cavidad recupera su volumen y el dolor desaparece porque la presión se ha igualado a la presión exterior.

Cuando nos sometemos a un descenso brusco de presión externa (ascendemos en una inmersión o avión), el aire de la cavidad se expande y tiene que salir aire para compensar. Este proceso es menos dañino porque la salida del aire se produce de forma pasiva. 

Habitualmente el dolor es el único síntoma, pero puede aparecer sangrado por el oído o la nariz, producirse incluso roturas del tímpano, pérdida de audición, dolor de cabeza, mareo,… 

Si los síntomas persisten después del viaje de avión, debe consultar siempre a su especialista. Si bien ésta no es una enfermedad peligrosa, es muy limitante para la calidad de vida, y sin tratamiento y prevención de las crisis, puede ser que las molestias sean peores con cada viaje de avión o cada inmersión. 

La causa más frecuente por la que pasa esto, son los catarros. Cuando estamos acatarrados, se inflama la mucosa de la nariz y los orificios naturales por los que el aire circula, se taponan. Por esto, siempre se recomienda que no se realicen viajes de avión ni inmersiones, cuando se está acatarrado. Si además, no es un catarro simple, sino una situación en la que el oído no está lleno de aire sino de líquido como en una otitis media, o los senos paranasales están llenos de moco, como en una sinusitis, la situación se agrava todavía más. 

Es fundamental no sólo tratar los casos en los que las molestias persisten tras el viaje o la inmersión, sino prevenir estas situaciones. La prevención se realiza en personas sanas que no compensan bien y tienen que viajar (esta situación es muy frecuente) o en las personas en las que hay una enfermedad que dificulta la compensación (catarro, sinusitis crónica, otitis crónica,…) y el viaje no se puede suspender. 

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